Mobile World Congress, jornada de 25 de febrero: ¿Cómo gestionamos nuestra privacidad en las aplicaciones móviles?

En el marco del Mobile World Congress, la Autoridad Catalana de protección de datos llevó a cabo el 25 de febrero la jornada: ¿Cómo gestionamos nuestra privacidad en las aplicaciones móviles?

En un mundo cada vez más applificado, y donde las apps acontecen un negocio (ver la última compra de whatsApp por Facebook) la jornada presentó varios retos en referencia a su privacidad. Estas implican a todas las partes que intervienen, ya sea desarrollador, propietarios de las aplicaciones, fabricantes de sistemas operativos, tiendas de aplicaciones, como los propios usuarios, todo ello a pesar de que a menudo no somos conscientes.

Los temas que se pusieron de manifiesto fueron: la carencia de transparencia de las propias apps, no disponer de una política de privacidad y permisos de forma clara sobre los datos a procesar, ni sus finalidades. Recordamos que el usuario tiene que ser consciente de los datos a los que da acceso desde su smartphone.

El consentimiento del interesado, otorgar permisos y la inmediatez de la descarga, son tres elementos que no facilitan que el usuario sea consciente de cuáles son los datos necesarios y que facilita el funcionamiento de la app. Nos encontramos con permisos excesivos en muchos de los supuestos por funcionalidades básicas de las aplicaciones. La vida privada de cada uno de nosotros reside en nuestro móvil, aquí está la gestión de las apps, que cada vez piden más accesos a la información: geolocalización, acceso a las últimas llamadas, acceso a la agenda de teléfonos, identidad del interesado, datos de tarjetas de crédito, correo electrónico, navegación, fotografías, sensores… Posibilidades de funcionamiento sin acceso a los datos, o elección por parte del usuario para tener un control, han ser elementos a tener presentes a la hora de desarrollar las apps.

Si los ejes vertebradores versaban sobre la carencia de transparencia y opacidad por un lado, como el desconocimiento por parte de los usuarios por la otra; no nos tenemos que olvidar tampoco de aspectos como la seguridad, almacenamiento de la información al cloud, cookies, derechos ARCO, periodos de retención de los datos…

En definitiva y lo que se quiso transmitir es que los retos para una mejora de la privacidad tienen que involucrar a todas las partes que participan empezando por una reiterada Privacy by Design por parte de los desarrolladores, certificados de seguridad de las apps y controles de calidad por parte de los fabricantes de los sistemas operativos y tiendas de aplicaciones, como en la educación y conocimiento de los usuarios. Recordamos que la inteligencia no reside en el móvil, sino en el usuario del terminal.

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@ Faura-Casas

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